domingo, 24 de febrero de 2013

BIENVENIDA, CULTURA… CONTINÚA LA HISTORIA


Unos más que otros esperábamos ansiosos el anuncio del regreso de nuestro tan amado periódico virtual La Nueva Era, rincón de desahogos, rabia, alegría…. En fin, cantidades de sentimientos y reacciones con respecto a un espacio que nos involucra a todos, el colegio.
En esta oportunidad nosotros somos el doble de sentimentales y expresivos, ya que por un lado estamos en nuestro último año, y por el otro, la madurez y la experiencia que hemos adquirido nos da pie y nos impulsa a ser cada vez mejores… ya tengo 17 y algunos dicen que acabo de salir de “la etapa del popó” por más feo que suene es verdad, y ahora ¿qué etapa sigue? Supongo que la del inconformismo, ese mismo que la mayoría de nosotros sintió el 28 de enero…

Primer día, último año, reencuentro con amigos, historias de vacaciones, nuevos amores, rupturas ¡en fin! eso significa regresar al colegio luego de algunos meses de vacaciones, a eso le sumamos lo tedioso, nuevo salón, nuevos profesores, nuevas asignaturas y todas esas cosas extras que a nadie le gusta recordar luego de “mucho tiempo” sin madrugar, sin horarios y sin doctrina principalmente. Manejable, como todo, aunque lo mínimo que cualquiera de nosotros esperaría es un saludo de bienvenida y no un regaño de proporciones sísmicas como el de la rectora encargada, los jóvenes el cabello, las señoritas la falda, dejen la bulla bla bla bla… primera intención del artículo: agradecerle a la rectora por hacerme sentir cada vez más orgullosa de mi institución.

Una jornada agotadora nos acompañó la primera semana de clases, empezando con capacitaciones larguísimas sobre la nueva forma de evaluar en la institución, (que a propósito me parece muy buena siempre y cuando la única intención sea la de formar mejores bachilleres), y terminando con una socialización del manual de convivencia que me dejó con la boca abierta, presten atención: “elementos como celulares, computadores, chaquetas y demás, prohibidos por el manual de convivencia serán decomisados y donados a instituciones de rehabilitación juvenil” me disculpará en su momento el docente ya que fui un poco atrevida, como esa a la que todos llaman ignorancia, y pase por la pena de preguntarle acerca de sus polémicas declaraciones que como mínimo deberían estar soportadas en el Manual de Convivencia, esta es la parte que me dejó perpleja: “funciona así como cuando uno va por la calle y la policía lo requisa y le quita una navaja que llevaba en el bolsillo”. La incoherencia de su respuesta me dejo paralizada un segundo, el cual él aprovechó para cruzar los brazos y darse la vuelta. ¿Es esa la respuesta que un docente debería darle a un estudiante?

Allí empezó mi campaña de búsqueda de víctimas, la atrevida es capaz de dejar sin celular a un pobre niño de sexto, en ese momento aparecería yo con mi manual de convivencia debajo del brazo, pero para enterarme de esos casos mi único recurso, que sigue en pie, es el voz a voz el cual lleva un mensaje de protección para aquellos perjudicados por la aparente nueva reforma que está contemplada en el manual de convivencia imaginario del coordinador.
Afortunada o desafortunadamente la advertencia dejó a todo el mundo en primera y no se ha escuchado el primer caso de donación de elementos a los rehabilitados, pero no es ese el método de generar cultura y mucho menos en una institución educativa.
Así como este hay varios casos de “extralimitaciones de la ley” que ponen en riesgo muchas cosas, como el gobierno escolar en el cual el 95% de los estudiantes están impedidos o para postularse o para votar por no tener los zapatos “correspondientes”, que son los mismos que hemos usado desde hace más de 4 años y que de la noche a la mañana se convirtieron en el dolor de cabeza de los coordinadores.

Esto queridos lectores, significa cambiar a uno de los policías más preparados de Colombia por una sub comisaria que no entiende mucho de pedagogía para rectora del colegio, nos dan pañitos de agua tibia diciendo que el teniente está en curso como si no supiéramos cuanto se demora (extrañamos al teniente Duque).
Para finalizar le agradezco a la profesora Yolanda López por darnos la oportunidad de tener este espacio como nuestro y llevarnos de la mano por este excelente ejercicio pedagógico que forma en nosotros carácter e identidad.

Dalila Andrea Henao Guerrero