lunes, 13 de mayo de 2013

LA INDIFERENCIA


Hola, la indiferencia es imposible de soportar. Fin.

No puede ser el fin porque se supone que lo que hago es escribir artículos de opinión, así que teniendo en cuenta la falta de acción en el colegio, me dedicaré a escribir un artículo con el que se sientan identificados, ya es hora de tratar temas más personales, para que los docentes nos conozcan y entiendan qué logran con sus actitudes.

Para mí es difícil hablar de sentimientos ajenos, empezando porque me sentiría cual psicóloga y no es exactamente una profesión que me llame mucho la atención; así que para evitar cualquier cosa, les hablaré de mí, en esta ocasión les contaré lo que la indiferencia logra en mí.

El año pasado “defraudé” a una profesora, hay momentos en los que uno, no es uno, o la presión hace de uno alguien que ni es ni quiere ser, todo sucedió en una presentación en el teatro; si mal no recuerdo yo iniciaba el “show”  y desafortunadamente me encontraba justo en uno de esos momentos, lo que sucedió fue que lo arruiné, la esperanza puesta en mi para hacer de ese momento algo memorable se fue al piso,  esto me significó, según algunos compañeros, “perder la confianza” de la profesora. Nunca lo sentí así, solo hasta que inició este año, solo cuando yo misma “me creí” el cuento de otros, de esos que dicen que soy buena, ese cuento que ratifico cuando escucho a mis compañeros decir que les gusta como escribo, o como hablo, pero aun y con sus comentarios falta algo, precisamente los comentarios de aquella a quien  fallé y de quién no recibo sino las palabras estrictamente necesarias.

Es completamente frustrante cuando tus compañeros reciben críticas tanto buenas como malas acerca de sus trabajos y tu nada, un simple “tome asiento” o algo parecido, cuando empiezas a ser excluido de tu grupo, cuando por más que lo intentas sigues siendo del montón, de los que no aportan pero no estorban, y se torna doblemente frustrante cuando notas que no eres tan bueno como antes, y que bajón de rendimiento esta directa o indirectamente relacionado con el deseo de recibir un comentario, bueno o malo reitero.

Con esto quiero demostrar cuan importantes son los reconocimientos de los docentes, criticas bien hechas pueden ser generadoras de desarrollo, de compromiso, y es que lo están generando, estudiantes que esperan con ansias una lección, hacen el doble de trabajo con gusto, acatan recomendaciones como hechas por sus madres, caras emocionadas en clase, definitivamente el sueño de un colegio y todo esto producto de comentarios de una docente, la misma que me ignora, pero la cual admiro por su forma particular de persuadir jóvenes.

Si compañeros, fallé en la celebración del día del idioma del año pasado y supongo (porque por más que pienso, no encuentro otra razón) que eso ahora me significa estar excluida, presenciar de cerca la emoción de mis compañeros, desear sentirla, recibir indiferencia, pero aun así confiar en la profesora. Tal vez sea cuestión de paranoia, o estrategia, porque conmigo son varios los que andamos tras el rastro de “los persuadidos” (por decirles de algún modo), estar al tanto de lo que hacen o dejan de hacer, y hacerlo o no. Es simplemente seguir el camino de los buenos, como dice el Chapulín.

DALILA ANDREA HENAO



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