Lastimosamente
no podemos decir “los que queremos un cambio somos más” y siempre ha sido así,
como cosas de la juventud hablamos siempre de querer cambiar el mundo, de que
el futuro sea distinto, de que los políticos no sirven, de que el calentamiento
global nos va a matar, en fin, hablamos de muchas cosas, pero pocas veces escuchamos
proponer un cambio que inicie en nosotros; para iniciar con mi artículo, cito las
palabras de uno de mis artistas favoritos, Canserbro, “nuca habrá revolución
sin evolución de conciencia”.
La
intención no es otra sino resaltar la buena labor de varios estudiantes
comprometidos, recuerdo muy bien el 23 de abril cuando sin ningún tipo de
vergüenza, por el contrario sintiendo orgullo por encima de cualquier cosa, la
personera de nuestro colegio acompañada de sus amigos más cercanos decidieron
iniciar una campaña en contra del calentamiento global, algo tan sencillo como
enseñar carteles con mensajes para cuidar el medio ambiente, para no botar
basura, en fin, una labor desinteresada con la que muchos se rieron, otros aplaudieron pero por
la cual no se recibió absolutamente nada proveniente del colegio, es más, me atrevería
a decir que más de uno ni se dio por enterado (no quiero decir con esto que el
colegio debió dar premios, o algún tipo de remuneración a este grupo de
estudiantes, con un “buen trabajo” proveniente tal vez del Rector bastaba) este
“olvido” no impidió que obtuvieran el reconocimiento que se merecían, un
Programa de la Universidad de Ibagué denominado Ibagué Imagina Joven, pretende
generar impacto en la comunidad joven, los líderes de esta campaña al enterarse
de la iniciativa la adoptaron, pero no como suya, sino dando todos los créditos
a los estudiantes del NUSEFA, así tal cual, generalizando, incluyendo a toda
una comunidad estudiantil en un proyecto de dos o tres, que no recibieron en su
casa lo que tal vez les reconocieron, no solo a ellos sino a todos nosotros,
por fuera de la institución.
A veces
pareciera que los esfuerzos inocentes de los estudiantes se ven opacados por
mil y un intentos de conseguir no sé qué cosas, otras veces pienso que la filosofía
del colegio no es realmente humanista, porque la parte humana va desapareciendo
con la resignación. Reunir jóvenes que exhiban carteles con mensajes de conciencia
por toda la carrera tercera y luego ponerlos en la plazoleta Simón Bolívar es de
un impacto importante, pero que la idea tras de esto haya nacido en los pasillos
de nuestro colegio lo es aún más, ¿por qué no
aplaudirlo? ¿Por qué no apoyarlo?
Más
que una opinión al respecto (en estos casos, lo menos que quiero hacer es
juzgar, soy una convencida de que el apoyo a este tipo de cosas es de corazón,
no mas ) quisiera que el hecho de que los jóvenes se enteraran de estas cosas
los motivara a unirse, uno debe ser coherente con el discurso, si estoy
inconforme, lo hago saber pero la vez
propongo soluciones, si quiero cambios, lo hago saber pero a la vez propongo
soluciones, soluciones es lo que necesitamos, si para algunos la solución empieza
con carteles que incitan conciencia…. ¡Que empiece la solución! Y si para
otros, por el contrario la solución empieza en los demás, dejen de rebuznar y póngase
a leer.
DALILA ANDREA HENAO
DALILA ANDREA HENAO
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