No sé hasta qué punto sea
saludable escribir cada ocho días críticas fuertes a mi institución, la que amo
y de la cual me siento orgullosa, esa misma que me mantiene acá en el
periódico, que tiene mil problemas como
las demás y de la que escribo cosas no necesariamente buenas, pero aun así me siento feliz de ser parte de ella
y satisfecha por lo que ha hecho conmigo, llevo seis años y algunos meses en
esta y no ha dejado de sorprenderme.
Levantarse a las 4:30am,
subirse al recorrido a las 5:20am, llegar al colegio a las 6:10am, empezar a
estudiar, de las siete horas de clase en la mañana, ocupar tres presentando
evaluaciones y las otras cuatro corriendo y tratando de encontrar en los
enmarañados cuadernos de los compañeros las tareas que dejó de hacer un día y
que le representan un bajón en su nota definitiva; almorzar, reposar,
cepillarse los dientes y tener energías recargadas al 100% en cuarenta minutos
para empezar una extenuante jornada de la tarde con el calor infernal de
Picaleña, cinco horas más en las mismas circunstancias de la mañana:
evaluaciones y cuadernos. Salir del colegio a las 7:00pm llegar a la casa a
hacer trabajos (porque al finalizar el periodo no importa si es de un día para
otro) acostarse a las 12:00pm sin
terminar, dormir intranquilo, levantarse a las 4:30 con la angustia de no tener
todo completo, empieza nuevamente la misma jornada con la diferencia de ya no
tener los trabajos, no haber dormido lo suficiente, estar más estresado por más
trabajos y así toda la semana hasta que llega el viernes: durmió seis horas (lo
máximo que durmió en toda la semana) se levanta a las 4:30 se sube al recorrido
a las 5:20, llega al colegio a las 6:10 empieza a estudiar, de las siete horas
cinco son evaluaciones y las otras dos momentos de shock, tristeza, angustia,
felicidad, correr detrás de los profesores, recibir notas de 1.0 y luego de 5.0
una montaña rusa de emociones.
Según la Salud Ocupacional
estamos en un caso de riesgo psicosocial, me preocupa el hecho de encontrarme
estudiantes en un futuro no muy lejano con todo tipo de problemas, arrugas,
estrés, problemas lumbares, ¡en fin! Pero somos bachilleres técnicos en
contabilización de operaciones comerciales y financiera, de los cuales puedo
decir que más del 70% salen tan aburridos de ver contabilidad durante todo su
bachillerato, que lo más probable es que busquen una carrera que no entrometa
en nada algún aspecto contable.
Aunque parezca suficiente
para un estudiante, le podemos agregar algunas cosas de las cuales criticaré si
no son todas, más de la mitad: tenemos refuerzo para el ICFES los jueves, una
hora de inglés (más las seis horas semanales) y una hora de filosofía, que si
me parece muy conveniente. Cada quince días dos horas de física, es lo mínimo
que pueden hacer, luego de quitarle horas a una materia tan importante. De
estos refuerzos surge una pregunta tan común como ¿Qué hora es? : ¿Qué sucede si
un estudiante decide no quedarse un jueves? aparentemente nada según
directivas del colegio, pero si no sucede nada ¿Por qué sacan notas los jueves?
¿En qué parte del acuerdo pedagógico se incluyen estas notas?
Como
si fuera poco, el SENA nos invade; empezamos solo con los aspectos contables,
lo de costumbre: Laboratorio Contable, Salud Ocupacional y por supuesto
Contabilidad con un ingrediente extra: instructor, nos deja trabajo como si
estudiáramos solo en el SENA; luego Inglés, hay que resolver guías larguísimas
y talleres virtuales, empezamos ahora con Ética, símbolo del SENA en la carpeta
e instructor (quién sabe cada cuanto revisando el progreso), y para completar
Informática, no hemos iniciado pero me
imagino como será.
Es
más o menos el doble de trabajo por
asignatura ya que hay que cumplir con el SENA y con el colegio, si perdemos
alguno de los dos perdemos el otro, lo que supone el doble de trabajo. Siendo
así la situación algunos cínicos, inconscientes y osados maestros dicen que
somos unos conchudos al decir que no nos queda tiempo. Qué lindo sería invertir
todo este tiempo en preparación para el ICFES, o simplemente que lindo sería
tener la opción de abandonar la técnica si no va con mis convicciones o al
menos con mis habilidades.
Si la intención es alejarnos
de todo lo que nos convierte en ciudadanos, lo están logrando, porque ahora
comemos, dormimos y estudiamos. Y si por el contrario, la intención es graduar
bachilleres técnicos contables, mi consejo es re evaluar la metodología y
primero preguntarle a los estudiantes si funciona o no porque a este paso el
SENA está destruyendo el promedio de los estudiantes del colegio.
El hecho de recargar a los
alumnos de conocimiento no significa que en realidad aprendan algo, que opinan
los profesores si les digo que con tanto trabajo la única solución es
repartirlo, así es, “yo hago la tarea de Física, usted la de Química, y usted
la de Laboratorio, llegamos al colegio y las intercambiamos ¿vale?” eso es
exactamente lo que pasa, y ustedes que son los que saben de métodos de
aprendizaje y esas cosas ¿qué opinan de estas alternativas?
Con eso termina este
artículo, esta opinión de inconformismo, esto es lo que pensamos los
estudiantes ¿Qué piensan los profesores?
DALILA ANDREA HENAO GUERRERO
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